Be a PERSON my friend

Vivimos en una sociedad donde se habla continuamente de inclusión. Dónde parece que cada uno puede ser como quiera y podemos expresar tranquilamente como nos sentimos.

Però hay un poco de trampa en ello.

El mundo está lleno de personas, todas ellas diferentes la una de la otra, des del Homo Sapiens hasta hoy cada persona es diferente de sus iguales. Hace miles de años el grupo podía marcar la forma de vestir o utilizar herramientas y crear arte como identidad. Y ahí voy, somos seres sociales, y necesitamos al grupo para sobrevivir. En un principio los grupos de personas estaban configurados por pocas personas, pero actualmente vivimos miles de personas en el mismo sitio. Eso hace que nos relacionemos con mucha gente distinta, podríais pensar que eso hace que nuestra identidad sea más complicada, pero tranquilos, existe una normalidad social, según la cual cada persona es semejante a las demás por atributos parecidos a los de nuestras sociedades más primitivas, la forma de vestir, la forma de actuar, los modales, están regidos por unas normas que marcan cómo debemos movernos, vestirnos, actuar e incluso cómo debemos pensar. 

Eso hace que muchas personas no nos sintamos reflejadas en esa sociedad, que sintamos que no nos representa y nos sintamos eternamente diferentes y excluidos. 

Algunos abogan por abandonar sus diferencias para integrarse al grupo, teniendo una ansiedad de base por no ser uno mismo. Eso marca a muchas personas que se sienten que no son fieles a sí mismas, y genera muchas inseguridades. Otras deciden ser como son porque así les ha dicho la sociedad que pueden ser, però al no encajar en los grupos como el colegio, el trabajo y demás, se tornan unos marginados lo cual también genera inseguridades y por su parte mucha ansiedad. 

Y entonces, ¿cual es el camino de sentirte integrado, dentro de diferentes grupos sociales, sentirte auténtico y no sufrir inseguridades? 

Esta pregunta es muy difícil de responder porque dependiendo de cómo hayas vivido tu vida y tu diferencia tendrás diferentes inseguridades, no hay 10 pasos mágicos para calmar tu inseguridad y por ende tu ansiedad. Pero no está todo perdido. Las personas que nos sentimos diferentes solemos tener un espíritu crítico más acentuado, y ahora estarás pensando ¿de qué me sirve este espíritu si no me siento bien? El grupo y su aceptación son muy importantes, pues como decía antes somos seres sociales y necesitamos del grupo para sentirnos bien. 

Desde mi punto de vista la única forma que te va a permitir sentirte bien contigo mismo y ser aceptado por los demás es ser tal como eres, encontrar la mejor versión de ti y abandonar la necesidad inherente de caer bien a todo el mundo. Esto no es difícil con nuestro círculo de amigos elegido, ya que intentamos elegir personas que nos rodeen y nos acepten tal como somos, personas con las que sentirnos agusto y poder ser sinceras. El problema real radica en la escuela, en el trabajo, en aquellos grupos de personas impuestos que no podemos elegir. 

Encuentra para esos círculos la mejor versión de ti, pero sigue siendo tu misma, hay un delicado equilibrio vestido de respeto por los demàs, que te ayudará. No cambies tu forma de vestir, andar y mirar a los demàs, da tiempo a la gente a aceptarte tal como eres.  Y surgirá una especie de màgia, por la cual algunos ni te hablarán y otros entenderán que a tu lado pueden ser sinceros sin ser juzgados. 

En definitiva si te sientes Person, se person. Somos como somos y luchar contra ello solo nos lleva a inseguridades y ansiedades innecesarias. 

Relats de Quarantena 5

Dia 42: Sant Jordi

Avui és sant Jordi, per primer cop en molts anys no podrà agafar-se el dia a la feina per anar a passejar, sense nens, pel centre de Barcelona. Esmunyir-se entre la multitud i tocar milers de planes de llibres, milers de portades, llegir potser algun petit capítol, amagada a la cantonada del taulell. No podran gaudir del sol ni de veure la ràdio en directe com fan un programa ple d’experts lectors i escriptors que hi van a dir la seva, un dia sense cues perquè aquell autor ens signi el seu llibre. I sobretot un dia sense passejar. Després de caminar sola pels carrers plens de gent de Barcelona amb els peus esgotats, es trobaria amb la seva germana, i aniran a la plaça Sant Felip Neri a quarts de quatre a escoltar als Txarango amb el megàfon, i potser seria el darrer any que ho haurien escoltat, ja que el grup es dissol. Com si fossin adolescents que esperen quelcom diferent, potser només per fer del dia una altra tradició, cantarien a pulmó totes les cançons, mentre es treien jaquetes per la calor de la multitud. Després anirem a menjar un entrepà a plaça sant Jaume, si la cua ho permet.
A la tarda desplaçar-se fins a l’escola dels nens, que toca sessió de teatre de Sant Jordi i aquest any la petita li tocava fer de princesa. Ho hauria fet molt bé. Tot d’un plegat l’omple de pena, el sentiment de perdre el seu dia preferit de l’any, de perdre les passejades, de cantar que “avui pels carrers de Barcelona, maldestres traficants canviant llibres per roses” de rebre la seva rosa i posar-la en un gerro amb la de les nenes. De rebre un llibre que no s’espera i que a vegades ni li agrada, però rebre sempre és meravellós. I regalar, llibres comprats a les parades del centre i del barri, a les nenes, al Joan, als avis i les àvies. I comprar-ne un munt per ella mateixa, que potser no tindrà temps de llegir. Començar el primer bevent un cafè en un bar mentre el brogit de fora s’ensordeix.
Avui no podrà fer res de tot això, per primer cop a la vida, Barcelona no es vestirà de llibres i Roses, no podrà passejar pels carrers ni entrar a un bar a fer un cafè i començar un llibre nou. Avui toca quedar-se a casa. Pel virus i el confinament, que ja porten 42 dies i ja no sap on posar-se. Pel cap li ronda la idea que això no pot quedar així, que aquest dia ha de ser especial i que no li val compartir la foto d’una rosa a les xarxes.
Uns dies enrere va intentar comprar llibres a través d’internet, però va ser incapaç, no li diuen res a través de la pantalla, els ha de tocar, els llibres li han de parlar. Així que decideix que ja els comprarà quan obrin les llibreries, que ja els hi caldran aquests diners, que tothom hi vagi en massa a ajudar-los a sostenir els seus petits negocis. O sigui que avui no hi haurà llibre nou, però encara li queden de l’any passat.
El que està clar, és que la festa hi ha de ser, i encara que només tinguin la casa per fer-la, ho haurem de fer. I comença a pensar on pot posar parades de llibres i contes pel menjador. I busca amb què disfressar una princesa, un drac, una Cavallera i un rei desesperat.
Pensa cantar Txarango amb la seva germana per videotrucada.
I convertir aquesta diada, en un dia molt especial, diferent dels altres 42 dies de quarantena que ha viscut, i diferent de tot. Perquè avui es Sant Jordi i no se’l pensa perdre.

Feliç Sant Jordi a totes i tots, convertiu-lo en quelcom especial.

Relatos de cuarentena 2

 

Dia 5: llegar a casa

Volver a casa después de un dia duro de trabajo, podríamos decir que el turno no se ha alterado y que total el trabajo no ha cambiado, pero la tensión se respira en el aire, es muy difícil luchar contra algo que no se ve y el agotamiento es mayor si tienes que andar todo el turno con el EPI puesto, bata desechable, mascarilla FPII, guantes, y gorro, todo para no salir de allí contaminado hasta las cejas. Y aún así no le quita de pensar que un montón de micro partículas invisibles están con ella para siempre y que las va esparcir por el mundo, que es una agente contaminante con patas.

Por las noches sueña que está atrapada en una bolsa naranja de reactivos peligrosos y no puede salir de allí. Las noches son difíciles.

 De camino a casa ve a mucha gente en la calle y en el metro, y se enfada por dentro, porque aún no han cerrado las empresas y cada vez llega más gente infectada al hospital, y los que salen del hospital también cogen el metro portando micropartículas en alguna parte que queda expuesta por fuera del EPI, aunque le hayan prometido que eso es imposible y que se están tomando todas las medidas y bla bla bla…

Al llegar a casa ve a su familia, todos confinados, y tiene que pedir a sus hijos que no se acerquen hasta que se haya lavado las manos, en el baño se contiene las ganas de llorar, porque se siente saturada, nerviosa, porque quiere ser más útil, dar más de sí. Porque siente que pese a hacer el máximo, nada es suficiente y la gente sigue enfermando y algunos muriendo.

 Se lava las manos, la cara, y se mete en la ducha. Aún no ha comido, pero tampoco tiene hambre. La situación parece no tener fin y solo hace 5 días que se empezó el confinamiento, le parece poco significativo y no entiende que aun haya gente que lo banaliza, que reconoce pasar de todo, y los ve con la mascarilla en una cama de la UCI. No quedan camas, no quedan salas por abrir, que harán a partir de ahora, no lo sabe. Supera su conocimiento, y los whatsapps de todos los familiares, preguntando ansiosos como está la situación no ayudan mucho. 

Tiene miedo de contaminar a los suyos y mira con distancia a su pareja, que le prepara la comida y pasa los días con las niñas, con toda la paciencia del mundo. Llegar a casa antes de todo esto, era un remanso de paz, ahora se siente incapaz de hacer nada distinto y pasa la tarde atendiendo a medias a las niñas y mirando frenética las actualizaciones de las redes.  Sabe que no debe hacerlo, que no va bien para desconectar, pero se siente atraída como un imán a la constante actualización de la maldita curva, que nunca deja de subir. 

Al salir del baño con la ropa de confinada, permite abrazos y besos. Sus hijas la arrullan y la acarician, la han echado de menos, y se sientan a acompañarla mientras come. Le explican lo que han hecho durante el día. La mayor le dice que tiene que comer para estar fuerte en el trabajo. A regañadientes le hace caso, se acaba el plato.

 Ven una peli y ese parece el único rato en el que desconecta del mundo. A veces incluso se relaja hasta dormirse, y la dejan descansar un rato. Las peques hacen payasadas y la hacen reír, ese rato es magia, y consigue relajarse. De repente se escucha un ruido en el vecindario, y las niñas dicen, mamá mira, te aplauden a ti. Decide salir al balcón, y se llena de los aplausos y los vítores de los vecinos, que agradecen su trabajo sin apenas conocerla. Y de repente le aflora una lágrima, de felicidad, de alegría, de saber que está haciendo tanto como puede, que es una pieza clave en la recuperación, que tiene que estar fuerte y positiva. Y se queda en el balcón, con toda la familia aplaudiendo, y los vecinos también. Y se siente querida y respetada. Y de repente se siente fuerte y con ganas de seguir cada día haciendo ese trabajo que siempre le ha gustado y que nunca había sentido tan importante. Desde su interior quiere que no cesen los aplausos. “No paréis de aplaudir, gracias!”

 

Agradezco a Raül Carballo la cesión de su fotografia que ilustra perfectamente este relato. No dejéis de visitarlo https://instagram.com/raul__carballo?igshid=1vixtporbl9q9 

Pòleg dels relats per entendre…

PER ENTENDRE, JUSTAMENT – UN PRÒLEG

De: Matthew Tree

 

No es pot dir prou vegades: qualsevol cosa que ajudi a acabar amb la ignorància força generalitzada que existeix sobre els trastorns i malalties mentals – tant la ignorància dels que els pateixen com la ignorància dels que es creuen en el seu seny – no és només desitjable sinó imprescindible.

Em poso a mi mateix per cas: durant sis anys llargs, – dels catorze fins al vint – vaig viure obsessionat per unes pors que sabia que eren absurdes i del tot inversemblants alhora que no em podia treure del cap la sensació que també eren ben reals. No dramatitzo pas si dic que no desitjaria ni que el meu pitjor enemic tingués un trastorn d’aquesta mena. Aquells anys – que van acabar amb una al·lucinació espaordidora i una crisi nerviosa en què temporalment vaig perdre la capacitat de parlar – eren, per parafrasejar el tìtol d’un poema famós, la meva temporada personal a l’infern; i no, no exagero: es tractava, de fet, d’una doble vida, en què volia fer veure que no em passava res a la vegada que la meva ment m’estava dient, cada segon de cada minut de cada hora de cada dia, que una catàstrofe humiliant i vergonyosa em podia passar ara i ara i ara i si no ara, doncs d’aquí a un moment de res. I per entendre com és, viure això durant l’adolescència – l’època de les nostres vides en què ens sentim més vulnerables, més insegurs, més aprensius – se l’ha de viure en la pròpia pell.

Sovint, massa sovint, aquest tipus de situació afecta als adolescents, precisament, perquè solen ser menys informats sobre els trastorns mentals, incloent-hi els propis. Jo mateix no tenia la més remota idea que existien els trastorns obsessius, fins al punt que estava convençut que jo era l’única persona al planeta – literalment – que era assetjada per les pors particulars que tenia. Si hagués sabut que aquestes pors tenien un nom, no hauria perdut un segon a demanar, ja als catorze anys (o sigui al començament de tot plegat) ajut professional, en comptes d’esperar fins que el cervell no va poder aguantar més.

Per tant, un llibre com el de la Mireia Parés, en què set dels trastorns mentals més comuns són explicats a través de contes infantils o juvenils (amb unes explicacions clíniques al final del volum) és, com hem dit, del tot essencial. Tant per als que pateixen o que patiran un o altre dels trastorns esmentats, com per als que no en pateixen però que tenen una idea del tot falsa (per manca d’informació) dels trastorns i malalties mentals en general.

Perquè els no-afectats són, per dir-ho així, l’altre costat de la moneda: els que hem patit un trastorn sabem perfectament que l’actitud del proïsme envers aquests trastorns és més aviat negativa. Moltes vegades, som – per a ells – bojos, pertorbats, alienats, guillats o tocats o bé del bolet o bé de l’ala.

Un cop diagnosticat i havent rebut el primer tractament (una barreja de psicoteràpia en grup i psicofàrmacs) els psicoterapeutes em van animar a buscar una feina i vaig trobar-ne una de ben senzilla en una companyia d’autocars; però al primer dia, vaig ser incapaç d’empènyer la porta i entrar-hi. Vaig fer una volta de l’edifici per calmar-me, seguit d’un altre intent de franquejar el llindar del meu lloc de treball. Vaig repetir aquesta operació – una volta tranquil·litzadora, un intent d’obrir la porta – dos cops més abans de rendir-me. I quan, l’endemà, finalment vaig aconseguir començar a treballar, passava els primers dies patint per si algú notés que estigués ‘boig’. (Fins que vaig descobrir que la majoria dels meus companys estaven com un llum de ganxo; això sí, sense ser-ne conscients).

O sigui, cal que els no-afectats per cap trastorn també en sapiguen quelcom, per tal d’evitar que tinguin una visió errònia dels que en pateixen; i també per tal d’ajudar-los, en comptes de tractar-los com uns marginats o uns casos perduts.

‘Relats per entendre’ és, a més a més, un llibre entretingut. Tot i que els contes, segons el cas, van dirigits a nens o adolescents, no dubto que hi ha molts adults que apreciaran la tria d’aquest format que els proporciona una introducció indolora a un tema que potser els inquieta o que fins i tot els fa una mica de por. De vegades no hi ha res com un conte senzill per aclarir dubtes, esbandir prejudicis i esmenar conceptes equivocats.

Benvingut sigui, doncs, aquest recull; i tant de bo que arribi com a més gent millor. Perquè no estem parlant de qualsevol cosa quan parlem d’un llibre divulgatiu sobre els trastorns mentals. Estem parlant, en el fons, d’un intent contundent de posar fi a les temporades que tantes i tantes persones passen o passaran a l’infern. O d’evitar, ras i curt, que n’hi passin cap.

 

Banyoles, abril, 2017

 

 

Volem acollir!

Avui he anat a la manifestació multitudinària de Barcelona. He volgut ser una més en dir que no hi ha fronteres i que volem acollir. Del meu pas per la Manifestació se’n desprèn aquest text. Un breu relat sobre els refugiats des de dos punts de vista.

 

L’Amin agafa fort la mà del seu pare, no es pot caminar més.

Està ple de gent, davant només pot veure persones, al costat més persones, ja fa estona que no avancen.

Fa molts dies que caminen, al seu voltant, la gent porta bosses, farcells, maletes. Dins tot el que els hi queda del que algun dia van ser les seves pertinences.:

-Pare, que passa? Perquè no avancem?

-No ho sé fill. No podem passar.

-per què?

-Han tancat la frontera.

Al seu voltant la gent s’impacienta. El cansament es veu a les seves cares. La por la porten a l’esquena. Estan impacients, només volen passar, volen caminar endavant, cap al futur, cap a un món nou, sense guerra, sense mort, sense perill. Des de darrere algú crida:

-Obriu la frontera.

A Barcelona, el Manel agafa fort la mà del seu pare, estan rodejats de gent, no poden avançar.

Al seu voltant un munt de gent crida amb les mans enlaire.

Se senten tambors i càntics:

-Pare que passa? Perquè no avancem?

-No ho sé, diuen que som molta gent que no hi ha lloc per caminar.

Tothom crida i diu que tots som persones, que tots som benvinguts.

Al darrere algú crida ben fort:

-Obriu la frontera! Tothom aplaudeix.

Necesito vacaciones

Para pasar mejor la ultima semana de vacaciones os regalo un relato corto:

Suena el despertador que marca el inicio de un nuevo día. Se levanta y va a la cocina, un café y una galleta. Faltan 10 minutos para que la casa se convierta en una locura. El tiempo de un café.

Esta agotada, hace un calor espantoso. Mientras camina al estilo zombi hacia el baño oye que el pequeño se esta despertando. Sigilosa pasa por delante de su puerta,” no hagas ruido, si no te escucha no te llama”. No escucha el “mama” bien pronunciado de fondo, ya esta en la ducha.

En poco rato ya están todos en la cocina, el pequeño come la papilla con la cuchara y las manos, y la boca y la cabeza,..El mayor se come un bol de cereales con leche fresquita y Colacao. Ella se prepara la comida, les prepara la ropa y la bolsa de la playa. Hay que llevar-los con los abuelos, que son unos santos y los cuidan a los dos toda la mañana para que los papis puedan ir a trabajar.

Salir de casa es procurar que el pequeño no se lleve nada de la cocina, que el grande recoja los juguetes antes de irse y no olvidarse la fiambrera con la comida, es toda una proeza. “Me volvería a duchar” piensa cuando sale de casa toda sudorosa. Un niño colgado del brazo, las bolsas del hombro, el bolso gigante lleno de por si acaso, en el otro brazo, y al mayor de la mano.  Fuera están los abuelos con el coche, las dos sillitas y finalmente un respiro.

Caminando hacia el trabajo se siente agotada, al llegar esta sola, no queda nadie, es la ultima en marcharse de vacaciones. Luego llegara su compañera que se quedara sola otra semana y luego ya irán volviendo los del primer turno. Hay trabajo, pero se queda delante del ordenador embobada, sin saber que hacer. Esta exhausta.

Tacha otro día en el calendario, y piensa solo quedan  cuatro, en cuatro días estaremos de vacaciones. Solo puede pensar en eso. Trabaja todo el día como un autómata, hace lo justo, no hay energía para hacer más. Se desliza por la oficina como una serpiente, casi se deja caer de silla en silla. “Estoy de servicios mínimos” piensa mientras sonríe debajo de la nariz. Pasa el día y la jornada. Al llegar a casa abrazos y besos babosos y pegajosos que animan el día.

Dibujan y juegan los cuatro, se ríen un rato y enseguida están todos empapados en sudor. A La ducha, y empieza la nueva carrera, cena, el pijama y a dormir.

Cuando se sienta en el sofá no tiene fuerzas para levantar un dedo. “Necesito vacaciones”.

Pasan los días, y de repente no sabe muy bien como ha llegado hasta aquí. Como ha sobrevivido la ultima semana de trabajo, cómo ha podido con tanta fatiga y cansancio. No sabe como lo ha hecho, pero ahí está.

Los pies se sumergen en la arena con cada ola que llega, el sol le calienta la nuca, y a su lado de la mano un peque que se parte de la risa cada vez que una ola llega a sus pies.  Ya están de vacaciones. Por fin han llegado hasta allí.

 

 

Cuantas os habéis sentido identificadas? 

Como tu te sientas, ellos se educan

odio

Como todos sabemos los niños aprenden del ejemplo de los mayores: padres, abuelos o incluso personas que caminan por la calle. No solo tendrán ejemplo de los hechos sino que también de los sentimientos.

Los mas pequeños de la sociedad dominan el lenguaje a partir de los 6 años, antes de eso lo están aprendiendo, lo hablan pero no comprenden todas los significados, sobretodo en conceptos abstractos como puede ser el miedo. Por lo tanto ellos aprenden a sentir antes que a hablar y para aprender a sentir se valen del ejemplo de los demás.

Lo que nosotros sentimos ellos lo sienten, y aprenden a sentir-lo. Es por eso que si tenemos miedo de algo y lo expresamos al lado del peque él lo entenderá como un síntoma de alerta. Así pues si tenemos miedo a los perros, y al ver un perro nos asustamos estando con el pequeño para el que somos ejemplo, es muy probable que él también lo perciba como algo peligroso. Así pues también captan la energía en el ambiente.

¿Y porque os cuento todo eso? Pues porque después de lo ocurrido ayer en Bruselas, todos tenemos miedo, criticamos, hablamos (a veces mas de la cuenta) y incluso hay en el ambiente un rum rum racista hacia los musulmanes.

Me gustaría invitar a todos a un momento de reflexión,  contar hasta 10, y no dejar-nos alarmar por lo ocurrido ni por el bombardeo continuo de los medios. Intentemos no vivir con miedo, explicar lo que ha ocurrido a los mas pequeños, no dejar-les ver las imágenes de la tele o los medios, incluso mejor si no las vemos nosotros.

Reflexionemos antes de empezar a criticar al vecino, cuando pienso en estos terroristas pienso que quieren sembrar el miedo, no nos dejemos, no dejemos que dominen nuestra vida y sobretodo, no dejemos que los peques vivan con miedo. No lo merecen. Tienen derecho a vivir felices, porque por encima de todo son niñas y niños.

No tengo miedo, no van a hacer que viva con miedo.

Hoy os comparto la carta de un padre que perdió a su mujer en los atentados de la sala Bataclan en Francia, es digna de leer.

Esta es la carta traducida al castellano:

“No tendréis mi odio

La noche del viernes robasteis la vida de un ser excepcional, el amor de mi vida, la madre de mi hijo, pero no tendréis mi odio. No sé quiénes sois y tampoco quiero saberlo, sois almas muertas. Si ese Dios por quien matáis tan ciegamente nos ha hecho a su imagen y semejanza, cada bala en el cuerpo de mi mujer habrá sido una herida en su corazón.

Así que yo no os daré el regalo de odiaros. Es lo que buscáis, pero responder al odio con la cólera sería ceder a la misma ignorancia que hace de vosotros lo que sois. Quereis que tenga miedo, que mire a mis conciudadanos con ojos desconfiados, que sacrifique mi libertad por la seguridad. Perdisteis. Sigo siendo el mismo de antes.

La he visto esta mañana, finalmente, después de noches y días de espera. Estaba tan hermosa, como cuando partió el viernes por la noche, tan bella como cuando me enamoré perdidamente de ella hace más de 12 años. Por supuesto que estoy devastado por el dolor, les concedo esa pequeña victoria, pero no durará mucho. Sé que nos acompañará cada día y que nos volveremos a encontrar en ese paraíso de almas libres al que ustedes jamás tendrán acceso.

Nosotros somos dos, mi hijo y yo, pero somos más fuertes que todos los ejércitos del mundo. Y ya no tengo más tiempo para darles, tengo que volver con Melvil que ya ha despertado de su siesta. Tiene apenas 17 meses de edad. Va a comer su merienda como todos los días, después vamos a jugar como siempre y, toda su vida, este pequeño niño les hará frente siendo feliz y libre. Porque no, ustedes no obtendrán su odio”

Antonine Leiris

La Paz empieza en la educación

angeles Silvio

Llevo mucho tiempo pensando en el drama de los refugiados Sirios, estoy bastante cansada de ver continuamente imágenes de niños pasando calamidades, sin venir a cuento, porque ellos no tienen la culpa de nada, la culpa siempre es de los adultos. Veo a esas familias intentando entrar en Europa y pienso, ¿que puedo hacer por ellos? ¿Cómo les puedo ayudar?

He dado con una respuesta, y diréis que es banal o evidente, o quizá digáis que es imposible o que no merece la pena. También puede parecer que no ayuda a esas personas, pero des de mi punto de vista, es la única manera de hacer algo.

Hay que educar a los niños de hoy en día para que nunca suceda nada parecido.

Dicen que de los 0 a los 6 años la plasticidad cerebral es increíble, que los niños absorben toda clase de conocimientos y saberes. El mundo se esta esforzando para inculcarnos la necesidad de que los niños sean inteligentes, y yo creo que nos estamos equivocando de inteligencia.

De los 0 a los 6 no lleves a tu hijo a inglés, álgebra, matemáticas, lectura,…eso tiene mucho tiempo para aprenderlo, tiene toda la vida. Enséñale a convivir en el mundo que le ha tocado, enséñale a reconocer sus emociones, a compartir, a pensar en los demás, a tener una fuerte autoestima, enséñale que hay muchas realidades en el mundo y que hay que tener empatía para comprendedlas todas, enséñale a respetar a los demás, y a respetarse a si mismo.

En educación a veces hay que pararse e ir contra el sistema.

Seria bueno involucrarse en el mundo, compartir afecto. Cambiar a las personas del futuro para que sean mas humanas y menos materialistas, es el reto de hoy en día, para que el drama de los refugiados del mundo no se vuelva a repetir nunca más.

Para los heridos y afectados de todo el mundo, Belgica, Francia, Siria, Turquia, Lesbos,…

 

El déficit de atención con hiperactividad (TDAH) existe

verdad aristotil

Antes de empezar a dedicar algunas publicaciones a este trastorno que tanto nos preocupa, vamos a verificar su existencia y saldremos de esa polémica que hay, acerca del inventor o no inventor del trastorno.

Hace un tiempo se dijo que Leon Eisenberg era el inventor del TDAH, i que había dicho que es una enfermedad que no existe. Si paseamos un poco por la historia de la psiquiatría y la psicología veremos que el TDAH es la adaptación de lo que se llamo “enfermedad hipercinesia del niño” y luego Déficit de atención con o sin hiperactividad.  Según dicen en la literatura no hay un inventor del TDAH sino equipos de psicólogos, psiquiatras o neurólogos que han puesto unos parámetros a algo que quizás en otro momento no se hubiera considerado un trastorno.

Actualmente son los neurólogos los que se esfuerzan en encontrar una correlación entre la sintomatología del niño con TDAH y el cerebro. Según han averiguado las zonas dedicadas a la atención son más pequeñas en niños con TDAH, también hay afectación en las vías que trabajan en la resolución de conflictos,  pero cuando miramos el cerebro nos perdemos un poco porque los científicos no se ponen de acuerdo, del cerebro sabemos muy poco, es un órgano con muchísimas funciones que aún hoy en día es muy enigmático.

Entonces, si no hay una afectación neurológica clara, ¿qué sucede? Los psicólogos, psiquiatras o neurólogos diagnostican el TDAH basándose en diferentes criterios, no hay una forma de diagnosticar universal i clara, se utilizan varios mecanismos. Entre ellos encontramos:

  • La correlación con los síntomas descritos en el DSM (manual Diagnóstico y Estadístico) es el libro que los psiquiatras y psicólogos utilizan para diagnosticar los trastornos, nos dicen una serie de condiciones que el paciente debe cumplir para tener o no un trastorno.
  • Se hacen test psicométricos, con los que se mira el QI (coeficiente Intelectual) ya que se considera que un Qi bajo puede dar sintomatología de TDAH sin serlo.
  • También se mira la depresión y el comportamiento, por ejemplo se puede pasar el test BASC: Sistema de evaluación de la conducta de niños y adolescentes donde evalúan mediante un cuestionario, el niño por un lado y los padres o profesores por el otro.
  • También tiene hoy en día mucha importancia lo que padre y profesores digan de los niños, se suele hacer entrevistas con los tutores o los padres acerca del comportamiento del niño así como observar-lo en terapia.

Con todo esto no es un trastorno fácil de diagnosticar. Su prevalencia (incidencia en la población) ha pasado de un 2% a decir que 1 de cada 5 niños tiene TDAH. Algunos artículos dicen que este aumento se debe, a que más niños van al psicólogo. Personalmente creo que el TDAH se está usando como muleta para etiquetar a aquellos niños que por otros motivos se sienten incómodos en el aula, se mueves más de la cuenta, les cuesta prestar atención, y son molestos a los profesores. Me gustaría señalar que el DSM contempla dos tipos de Déficit de Atención, uno con hiperactividad y otro sin. Actualmente se diagnostican los niños con hiperactividad, los déficit de atención  sin hiperactividad no molestan, aun que su rendimiento escolar sea flojo, van tirando.

¿Entonces qué sucede? ¿Porque de repente parece que muchos niños pueden ser diagnosticados de este trastorno?  Aquí es donde esta para mi la polémica. No en si existe o no, si no en que uso se esta haciendo de el diagnostico y el tratamiento.

Auto Ayuda

 

Hace un tiempo redactaba un trabajo para la universidad sobre las pocas credenciales que se le dan a la auto-ayuda o mejor dicho psicología positiva. Los que me conocen saben que soy una persona muy positiva pero también tengo momentos de tristeza y desesperación  miedo, ansiedad, ira,…no son predominantes pero son emociones también  para mi igual de importantes de conocer y vivir.

El último libro de “auto-ayuda” que cayó en mis manos se llama emociones toxicas, y habla de cuando cualquier emoción se torna toxica por excesiva o más concreta-mente por no dejar-nos vivir sin estar pendientes de ella. El exceso es toxico, la carencia también  uno de los problemas de la psicología positiva es ciertamente el excesivo positivismo con que hay que afrontarlo todo, si seguimos dichas doctrinas y dogmas, nos veremos en la obligación de sonreír siempre y ponernos una máscara de felicidad que señores y señoras, cuesta mucho esfuerzo mantener. Entonces encontramos seguidores férreos de la auto-ayuda que en vez de enfrentar los problemas y encontrar solución se aferran a la negación constante” me ha sucedido esto es muy grave me siento fatal, pero si cambio mi pensamiento a positivo todo irá mejor”  y si, va mejor pero sobre todo para los demás  es mas agradable rodear a alguien feliz que rodear a un gruñón  pero que le sucede al gruñón o al triste, que esconde sus sentimientos detrás de una falsa sonrisa, mientras piensa “positivo, positivo, positivo…” como si fuera un mantra. Es mejor que sea positivo para los que le rodean pero no para él. Cada acto que hacemos o recibimos en la vida nos hace sentir alguna emoción   según la psicología positiva solo las emociones “positivas” deben expresarse estas son entre otras felicidad, alegría  salud, en cambio las “negativas” miedo, ira, tristeza,..hay que esconderlas en un cajón.

Des de mi punto de vista así no arreglamos nada, si sientes miedo pregúntate ¿por qué? Si ese miedo es racional, si te deja vivir, de donde viene,…pero no lo ocultes porque ese esfuerzo por ocultar los sentimientos “negativos” desgasta, agota y solo consigue hacer que esos sentimientos se aferren mas a nosotros,  no quiero decir que haya que regodearse en el negativismo, sino que hay que conocerlo, y enfrentarlo.

Solo superando dichas emociones podremos afrontar el día a día con positivismo, sin enquistar-nos en la obligación de ser feliz ni en el desastre de ser infeliz.