Be a PERSON my friend

Vivimos en una sociedad donde se habla continuamente de inclusión. Dónde parece que cada uno puede ser como quiera y podemos expresar tranquilamente como nos sentimos.

Però hay un poco de trampa en ello.

El mundo está lleno de personas, todas ellas diferentes la una de la otra, des del Homo Sapiens hasta hoy cada persona es diferente de sus iguales. Hace miles de años el grupo podía marcar la forma de vestir o utilizar herramientas y crear arte como identidad. Y ahí voy, somos seres sociales, y necesitamos al grupo para sobrevivir. En un principio los grupos de personas estaban configurados por pocas personas, pero actualmente vivimos miles de personas en el mismo sitio. Eso hace que nos relacionemos con mucha gente distinta, podríais pensar que eso hace que nuestra identidad sea más complicada, pero tranquilos, existe una normalidad social, según la cual cada persona es semejante a las demás por atributos parecidos a los de nuestras sociedades más primitivas, la forma de vestir, la forma de actuar, los modales, están regidos por unas normas que marcan cómo debemos movernos, vestirnos, actuar e incluso cómo debemos pensar. 

Eso hace que muchas personas no nos sintamos reflejadas en esa sociedad, que sintamos que no nos representa y nos sintamos eternamente diferentes y excluidos. 

Algunos abogan por abandonar sus diferencias para integrarse al grupo, teniendo una ansiedad de base por no ser uno mismo. Eso marca a muchas personas que se sienten que no son fieles a sí mismas, y genera muchas inseguridades. Otras deciden ser como son porque así les ha dicho la sociedad que pueden ser, però al no encajar en los grupos como el colegio, el trabajo y demás, se tornan unos marginados lo cual también genera inseguridades y por su parte mucha ansiedad. 

Y entonces, ¿cual es el camino de sentirte integrado, dentro de diferentes grupos sociales, sentirte auténtico y no sufrir inseguridades? 

Esta pregunta es muy difícil de responder porque dependiendo de cómo hayas vivido tu vida y tu diferencia tendrás diferentes inseguridades, no hay 10 pasos mágicos para calmar tu inseguridad y por ende tu ansiedad. Pero no está todo perdido. Las personas que nos sentimos diferentes solemos tener un espíritu crítico más acentuado, y ahora estarás pensando ¿de qué me sirve este espíritu si no me siento bien? El grupo y su aceptación son muy importantes, pues como decía antes somos seres sociales y necesitamos del grupo para sentirnos bien. 

Desde mi punto de vista la única forma que te va a permitir sentirte bien contigo mismo y ser aceptado por los demás es ser tal como eres, encontrar la mejor versión de ti y abandonar la necesidad inherente de caer bien a todo el mundo. Esto no es difícil con nuestro círculo de amigos elegido, ya que intentamos elegir personas que nos rodeen y nos acepten tal como somos, personas con las que sentirnos agusto y poder ser sinceras. El problema real radica en la escuela, en el trabajo, en aquellos grupos de personas impuestos que no podemos elegir. 

Encuentra para esos círculos la mejor versión de ti, pero sigue siendo tu misma, hay un delicado equilibrio vestido de respeto por los demàs, que te ayudará. No cambies tu forma de vestir, andar y mirar a los demàs, da tiempo a la gente a aceptarte tal como eres.  Y surgirá una especie de màgia, por la cual algunos ni te hablarán y otros entenderán que a tu lado pueden ser sinceros sin ser juzgados. 

En definitiva si te sientes Person, se person. Somos como somos y luchar contra ello solo nos lleva a inseguridades y ansiedades innecesarias. 

Relato de cuarentena 6

Es tarde, por la noche, pero ella no puede dormir, no deja de pensar en lo que sucederá mañana. Y es que acaba la semana santa. En los tiempos que corren el gobierno ha decidido que algunas personas pueden volver al trabajo, o sea que ella mañana deberá volver a la rutina y regresar a su vida anterior, pero solo mientras esté trabajando porque después de trabajar se quedara otra vez en casa. Puede trabajar pero no ver a sus amigas, su madre, sus sobrinas, …

Como tantas otras personas se pregunta cuál es el sentido de todo esto. Puede coger el autobús e ir a trabajar, encontrarse con sus compañeros, todo con mascarilla y guantes, pero no puede salir al parque con su perro y un grupo de amigos a pasar la tarde. Parece que la mascarilla es más efectiva por la mañana que por la tarde.

Por otro lado, salir de casa le da al mismo tiempo miedo y pereza. No acaba de entender muy bien la estrategia y porque no, vamos a reconocerlo, está asustada. ¿Asustada de pillar el virus? sí también, pero sobre todo está asustada de volver a lo que llaman “vida normal”. Que para ella significa correr todo el día de un lugar a otro sin disfrutar nada de lo que hace. El parón de la cuarentena lo empezó de mala gana, no poder salir de casa la agobia mucho, pero pasada la primera semana, perdiendo el tiempo viendo series tirada en el sofá. Decidió que no le parecía agradable. Y empezó con una rutina que luego relajó, entre recetas nuevas, libros leídos, y empezó a dibujar mandalas y Zentangle que no tenía ni idea de lo que eran. Se animaba entre concierto online y videollamada y al final, no está tan mal. Y ahora que ha llenado todo este tiempo de cosas interesantes y ha descubierto otras sobre sí misma. Tiene que volver al trabajo.

Y es que está harta de no ver gente, pero no de estar en su casa. Está harta de no poder dar besos y abrazos, pero no de sus horas de dibujar y hacer pasteles, y comerlos. Preferiría compartirlos con alguien, pero lo que no quiere, es no tener tiempo para ella, no tener tiempo en general. Pero cómo evitarlo. Mañana volverá a madrugar aunque hoy no pueda conciliar el sueño, y aún no sabe cómo va a hacer para compaginar ese tiempo tan precioso que ha conseguido tener estos días de cuarentena, con el horario infame de su trabajo, y con pagar las facturas.

Tiene miedo, miedo de volver a la “normalidad”.

Para reconfortarse, piensa que aquellos aplausos de las ocho, que empezaron como aplauso sanitario y poco a poco, se han convertido en el ratito que pasamos entre vecinos. ¿También la aplaudirán a ella?, y a todos los que volverán al trabajo. Con este reconfortante sentimiento de apoyo mutuo, consigue dormirse. Mañana será otro día.