Parlem d’anorèxia

“La Lia es mira al mirall, es veu grassa, les cames massa grasses, i els braços amb les pellofes caigudes, com si es tractés d’una persona obesa. “Tenen raó, no estic bé, però s’equivoquen perquè diuen que estic prima, i això és del tot mentida”. Es veu cel·lulitis als malucs, es veu la panxa plena de mitxelins, es posa a córrer i a saltar a la corda sense moure’s del lloc, i se segueix veient grassa, com més corre i salta més grassa es veu, finalment llença una cadira contra el mirall que es trenca, i seu a terra a plorar.”

La Lia té anorèxia, el que ella no sap és que trobarà un nou amic que l’ajudarà a veure les coses des de fora, amb una altra perspectiva que sovint és molt important per entendre els trastorns mentals.

“La Lia no es veu com realment és i fins que no es compara amb el gos, no és capaç d’adonar-se que ella també està massa prima.”

A la segona part també parlem d’aquest trastorn, molt complex i que per desgràcia està cada vegada més present en els adolescents. La inseguretat del moment i l’excessiva importància que la societat dóna al cos i a estar prim o prima estan fent que molts joves prenguin conductes perilloses i desenvolupin una anorèxia.

Com sempre, crec que conèixer que és, i com ens pot afectar ens pot ajudar a prevenir-la, i també a superar-la.

Si voleu saber qui ajuda a la Lia a adonar-se del seu trastorn, qui li arrenca un somriure i la fa menjar sense adonar-se, no us perdeu aquesta història. La Lia i el perdut tenen moltes coses per ensenyar-nos.

I que no se ús passi per alt que ja no queda gairebé temps. El dia 17 d’abril comença el Verkami, no deixis de passar per aquesta web on donaré tota la informació!

 

Cuándo empezar a poner límites

Carl Jung

Como dice Selma Fraiberg “el niño al que no se le ponen límites llega la conclusión de que sus padres no le quieren” por lo tanto los límites son muy importantes en la educación del niño. Son muy importantes para su seguridad y básicos para su educación, no olvidemos que somos seres sociales y querremos ir a todas partes con nuestro hijo.

Los límites También ayudan al adolescente a tener una linea clara de aquello que debe o no poner en duda y saltarse los limites si así lo ve preciso. Pongamos por caso, un adolescente que no ha tenido límites en su infancia, en el momento de la adolescencia toca transgredir los límites, ver que pasa, cruzar fronteras. ¿Que pasa si uno no tiene límites que transgredir? en realidad lo que ocurre es que los buscará allí donde los pueda encontrar, se saltara la ley, por ejemplo. En cambio un adolescente que en su infancia ha sido educado con límites, los transgredirá, pero no es lo mismo saltarse la ley que llegar una hora tarde a casa. Esos límites que tenemos en la adolescencia, se aprenden y adquieren durante la niñez.

¿Cuándo es el momento de empezar a enseñar-los?

Según los pediatras el niño empieza a “tomarnos el pelo” cuando llega a los 6 meses. A esa edad ya es consciente de algunas cosas, como por ejemplo la dependencia la madre, deja de ir con cualquiera (si algún día lo hizo) para pedir-le a la madre que esté siempre ahí. Ya llora por motivos como que no quiere estar en la cuna, o que no le apetece dejar de jugar. También es el momento que algunos eligen para empezar a sentarse, con lo cual cambia su perspectiva, y quieren cogerlo todo. Este es un buen momento para empezar con los límites. Por ejemplo, pongamos que empezamos con la Alimentación complementaria, un límite será que el niño coma siempre en su trona. O pongamos que vamos en coche, un límite es no salir de la silla del coche mientras estemos conduciendo. Si lo sentamos en el regazo mientras comemos, un límite será no coger el cuchillo.

Es importante no ver los limites como imposiciones infranqueables, pero si ser constantes en su enseñanza. Al principio la mayoría de límites son de seguridad o hábitos, pero pronto habrá que enseñar los correspondientes al comportamiento, aun que nuestro hijo no entienda el NO (a partir de los 11 meses aun que no entienden el concepto, reaccionan a NO parando lo que están haciendo) si no quieres que haga algo de mayor no se lo dejes hacer de niño. Por ejemplo, gritar en el transporte público, aun que el niño tenga menos de 11 meses si no quieres que se acostumbre a gritar (que no llorar) ayuda-le a entender que te molesta.

Contra antes empecemos mas fácil será porque no tendremos malos hábitos que corregir. Por cierto, piensa que los límites tienen que ser acorde con la edad del niño o niña, no olvidemos que son niños y tienen sus necesidades.