Hace un tiempo redactaba un trabajo para la universidad sobre las pocas credenciales que se le dan a la auto-ayuda o mejor dicho psicología positiva. Los que me conocen saben que soy una persona muy positiva pero también tengo momentos de tristeza y desesperación miedo, ansiedad, ira,…no son predominantes pero son emociones también para mi igual de importantes de conocer y vivir.
El último libro de “auto-ayuda” que cayó en mis manos se llama emociones toxicas, y habla de cuando cualquier emoción se torna toxica por excesiva o más concreta-mente por no dejar-nos vivir sin estar pendientes de ella. El exceso es toxico, la carencia también uno de los problemas de la psicología positiva es ciertamente el excesivo positivismo con que hay que afrontarlo todo, si seguimos dichas doctrinas y dogmas, nos veremos en la obligación de sonreír siempre y ponernos una máscara de felicidad que señores y señoras, cuesta mucho esfuerzo mantener. Entonces encontramos seguidores férreos de la auto-ayuda que en vez de enfrentar los problemas y encontrar solución se aferran a la negación constante” me ha sucedido esto es muy grave me siento fatal, pero si cambio mi pensamiento a positivo todo irá mejor” y si, va mejor pero sobre todo para los demás es mas agradable rodear a alguien feliz que rodear a un gruñón pero que le sucede al gruñón o al triste, que esconde sus sentimientos detrás de una falsa sonrisa, mientras piensa “positivo, positivo, positivo…” como si fuera un mantra. Es mejor que sea positivo para los que le rodean pero no para él. Cada acto que hacemos o recibimos en la vida nos hace sentir alguna emoción según la psicología positiva solo las emociones “positivas” deben expresarse estas son entre otras felicidad, alegría salud, en cambio las “negativas” miedo, ira, tristeza,..hay que esconderlas en un cajón.
Des de mi punto de vista así no arreglamos nada, si sientes miedo pregúntate ¿por qué? Si ese miedo es racional, si te deja vivir, de donde viene,…pero no lo ocultes porque ese esfuerzo por ocultar los sentimientos “negativos” desgasta, agota y solo consigue hacer que esos sentimientos se aferren mas a nosotros, no quiero decir que haya que regodearse en el negativismo, sino que hay que conocerlo, y enfrentarlo.
Solo superando dichas emociones podremos afrontar el día a día con positivismo, sin enquistar-nos en la obligación de ser feliz ni en el desastre de ser infeliz.