Para pasar mejor la ultima semana de vacaciones os regalo un relato corto:
Suena el despertador que marca el inicio de un nuevo día. Se levanta y va a la cocina, un café y una galleta. Faltan 10 minutos para que la casa se convierta en una locura. El tiempo de un café.
Esta agotada, hace un calor espantoso. Mientras camina al estilo zombi hacia el baño oye que el pequeño se esta despertando. Sigilosa pasa por delante de su puerta,” no hagas ruido, si no te escucha no te llama”. No escucha el “mama” bien pronunciado de fondo, ya esta en la ducha.
En poco rato ya están todos en la cocina, el pequeño come la papilla con la cuchara y las manos, y la boca y la cabeza,..El mayor se come un bol de cereales con leche fresquita y Colacao. Ella se prepara la comida, les prepara la ropa y la bolsa de la playa. Hay que llevar-los con los abuelos, que son unos santos y los cuidan a los dos toda la mañana para que los papis puedan ir a trabajar.
Salir de casa es procurar que el pequeño no se lleve nada de la cocina, que el grande recoja los juguetes antes de irse y no olvidarse la fiambrera con la comida, es toda una proeza. “Me volvería a duchar” piensa cuando sale de casa toda sudorosa. Un niño colgado del brazo, las bolsas del hombro, el bolso gigante lleno de por si acaso, en el otro brazo, y al mayor de la mano. Fuera están los abuelos con el coche, las dos sillitas y finalmente un respiro.
Caminando hacia el trabajo se siente agotada, al llegar esta sola, no queda nadie, es la ultima en marcharse de vacaciones. Luego llegara su compañera que se quedara sola otra semana y luego ya irán volviendo los del primer turno. Hay trabajo, pero se queda delante del ordenador embobada, sin saber que hacer. Esta exhausta.
Tacha otro día en el calendario, y piensa solo quedan cuatro, en cuatro días estaremos de vacaciones. Solo puede pensar en eso. Trabaja todo el día como un autómata, hace lo justo, no hay energía para hacer más. Se desliza por la oficina como una serpiente, casi se deja caer de silla en silla. “Estoy de servicios mínimos” piensa mientras sonríe debajo de la nariz. Pasa el día y la jornada. Al llegar a casa abrazos y besos babosos y pegajosos que animan el día.
Dibujan y juegan los cuatro, se ríen un rato y enseguida están todos empapados en sudor. A La ducha, y empieza la nueva carrera, cena, el pijama y a dormir.
Cuando se sienta en el sofá no tiene fuerzas para levantar un dedo. “Necesito vacaciones”.
Pasan los días, y de repente no sabe muy bien como ha llegado hasta aquí. Como ha sobrevivido la ultima semana de trabajo, cómo ha podido con tanta fatiga y cansancio. No sabe como lo ha hecho, pero ahí está.
Los pies se sumergen en la arena con cada ola que llega, el sol le calienta la nuca, y a su lado de la mano un peque que se parte de la risa cada vez que una ola llega a sus pies. Ya están de vacaciones. Por fin han llegado hasta allí.
Cuantas os habéis sentido identificadas?